Estas cinco posturas antiestrés son la mejor manera de dejar de lado el estrés que supone la vuelta a la rutina tras las vacaciones. ¿Te atreves a hacerlas?
Cinco posturas antiestrés para después del verano
Sin duda, el yoga es la mejor disciplina para conseguir reducir el estrés que supone volver a la rutina.
Como sabéis, es la unión entre el cuerpo y la mente. Por tanto, los beneficios que obtenemos al practicar las asanas (posturas) no sólo se ven reflejados en el cuerpo sino también en la mente y en nuestra respuesta emocional.
Antes de proponerte estas cinco posturas antiestrés, te recuerdo que cada persona es responsable de su cuerpo. En ese sentido, debes escucharlo y sentirlo en todo momento. Solo así podremos saber si la postura se adapta o no a nosotros.
Además, puede que te interese recordar las diferencias que hay entre el yoga y el pilates, dos disciplinas muy diferentes.
Cinco posturas antiestrés: los primeros pasos
En primer lugar, comenzaremos la sesión con una conexión, es decir, estar presente. En este momento dejamos de lado nuestras preocupaciones y nos centramos en nuestro cuerpo.
Esto lo conseguimos cerrando los ojos y respirando profundamente. Ya estamos listos para comenzar con la primera de las cinco posturas antiestrés.
Tadasana: la postura de la montaña
Para comenzar con esta postura, debemos colocarnos en posición vertical. Abrimos las piernas a la anchura de las caderas y rotamos los hombros para abrir el pecho. Después, abrimos los brazos junto a nuestro cuerpo, formando un “paréntesis” con ellos.
Tras esto, es momento de dirigir nuestra atención hacia los dedos de los pies y activarlos. Recuerda que son nuestra base.
Ahora, con la mirada al frente, los hombros relajados y el abdomen activado, ya estamos listos para disfrutar de esta asana. Sin duda la mejor forma de corregir nuestra postura y ser más conscientes de nuestro cuerpo.
La pose del guerrero
La segunda de nuestras cinco posturas antiestrés, con la que también trabajaremos el equilibrio.
En este caso, primero debemos extender nuestros brazos y nuestras manos, con las palmas mirándose. Tras ello, elevaremos una pierna alineándola con nuestra columna y nuestros brazos, manteniendo el cuello en línea recta.
Se trata de una postura algo más complicada pero que se puede conseguir con la práctica. Además, notaremos cómo la pierna de apoyo se fortalece a la vez que extendemos los músculos posteriores de nuestra pierna.
Dos consejos: mantén esta pose durante al menos 30 segundos controlando la respiración y el abdomen, sin cerrar los ojos.
Gracias a esta pose conseguiremos fortalecer nuestras piernas y nuestros hombros, al mismo tiempo que ganamos fuerza y equilibrio. Además, es ideal para nuestra columna y para tonificar el abdomen.
Tabla con flexión: Uttihita chaturanga dandasana
Siguiendo con nuestras cinco posturas antiestrés, nos encontramos con la tabla con flexión.
Se trata de una postura ideal para fortalecer nuestras muñecas, nuestros brazos y nuestro abdomen.
Para realizarla, deberemos colocarnos en cuadrupedia, apoyando las manos en el suelo en línea recta entre las muñecas y los hombros.
Después, debemos llevar nuestra atención a los dedos de los pies, que deberán estar cómodos, y al abdomen. Recuerda darle fuerza al core y a los glúteos para evitar molestias en la zona lumbar.
Finalmente, relaja los hombros, dirige la mirada hacia el suelo y déjate llevar por esta asana.
Y como plus: si tienes fuerza suficiente, desde esta postura puedes hacer flexiones de brazo. Al fin y al cabo, el yoga también sirve para ponernos en forma.
Tabla lateral
Aunque se trata de una variación de la pose anterior, con esta postura también trabajaremos nuestros oblicuos.
Para llevarla a cabo, lo ideal es partir desde la postura anterior. Una vez listos, colocamos nuestra mano derecha en el centro, bajo nuestra cara. Después, giraremos el pie derecho apoyando el lateral y extenderemos nuestro brazo izquierdo hacia el cielo.
Recuerda mantener los músculos activados en todo momento. Está trabajando todo tu cuerpo.
Si estás cómodo en esta postura, puedes extender la pierna que queda libre de apoyo, practicando a la vez un equilibrio. En ese caso, mira a un punto fijo y concéntrate. El equilibrio comienza en la mente.
Por último, una variante de esta tabla lateral es flexionando la rodilla y apoyando la planta del pie sobre la pierna contraria. De esta manera conseguiremos una pose que nos dará fuerza y seguridad.
Navasana: la postura del barco
Finalmente, llegamos a nuestra última propuesta de estas cinco posturas antiestrés: navasana, la pose del barco.
Se trata de una postura ideal con la que fortaleceremos el abdomen y la columna.
Para realizarla deberemos sentarnos en el suelo con el cóccix bien apoyado. Coloca las manos a los lados del cuerpo y extiende tus piernas hacia el cielo. Desde ahí, abre el pecho, extiende los brazos y mantén el cuello recto y en línea con la columna.
Recuerda que la columna tiene que estar siempre recta, no la curves. De hecho, si notas molestias lumbares puedes hacer una variación, flexionando las rodillas. De esta manera la cadena posterior soportará menos tensión.
Finalmente, recuerda mantener siempre el pecho abierto, con el cuello recto y relajado.
Cualquiera de estas cinco posturas antiestrés te ayudarán a volver a la rutina de septiembre. Si además recuerdas finalizar tus asanas relajándote y respirando en la postura de meditación, los beneficios serán aún mayores.
Soy Soraya Soler, profesora de yoga.
Disfruto de compartir este estilo de vida
con las personas que me rodean.
¿Te animas?
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Lara
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