Estar en forma es una de las preocupaciones más frecuentes en la sociedad contemporánea. Ahora bien, ¿cómo se puede conseguir y notar buenos resultados?

Ante una cuestión tan global como esta, podemos dar una respuesta igualmente global, para después analizarla. Para estar en forma necesitamos convertir la actividad física y el ejercicio en un hábito de nuestra vida.

Llamamos hábito a una práctica habitual en la vida de una persona, que se repite a diario o varias veces a la semana. Consideramos que una persona “está en forma” cuando puede responder a las exigencias de su día a día (incluídos sus entrenamientos), de manera eficiente y sin fatiga.

Pero esto no quiere decir que una persona no se canse. Si no que completa con éxito las actividades que se propone y con un tiempo de descanso razonable (¡y necesario!) puede volver a realizar tareas exigentes.

Para lograr estar en forma, el ejercicio, la actividad física y la alimentación saludable deben ser costumbres en nuestra vida. Un ejemplo de combinación ganadora podría ser: alimentación saludable + actividad física diaria +ejercicio planificado tres veces por semana.

Estar en forma: dieta, ejercicio y vida activa

Alimentación saludable es aquella que aporta todos los nutrientes y las calorías necesarias para el modo de vida que llevamos. De esta manera, no tendrá que consumir las mismas calorías un adolescente en crecimiento que un anciano o un deportista de alto nivel. Eso sí, en cualquiera de los casos los alimentos deben aportar todos los nutrientes.

Por eso, en condiciones normales, no debemos prescindir de ningún grupo de alimentos. Además, para seguir una dieta saludable debemos evitar los productos muy procesados y precocinados, azucarados y fritos.

La fruta y la verdura han de consumirse a diario y la cantidad de hidratos de carbono, proteínas y grasas dependerá de las características de cada persona, sus objetivos y necesidades. Ponte siempre en manos de expertos para ayudarte.

No basta con ir al gimnasio

La actividad física es todo movimiento corporal que provoque un gasto energético, pasear o subir escaleras son actividad física. Debemos introducir en nuestras costumbres toda la actividad física posible. Por ejemplo, son buenas prácticas olvidarse del ascensor y subir siempre que sea posible por las escaleras.

O, por ejemplo, si debes conducir para ir al trabajo, puedes aparcar más lejos e ir andando un tramo o si vas en transporte público, puedes bajarte unas paradas antes y andar el resto del camino. En el mismo puesto de trabajo, levántate siempre que te sea posible, para hacer llamadas, para picar algo o en los descansos.

Para tus ratos libres y los fines de semana planifica actividades que impliquen movimiento, excursiones, turismo por la ciudad, quedadas con amigos al aire libre… Para estar en forma debemos tener la máxima actividad física posible en tu nuestra vida diaria. Prueba esta rutina quema grasas en esos momentos.

El ejercicio es la actividad física planificada, estructurada y con un objetivo definido. Ir al gimnasio, nadar o practicar un deporte son ejercicio físico. Para estar en forma debemos practicarlo al menos 3 veces por semana, con una hora de duración cada sesión.

Además, recuerda por qué debes realizar entrenamientos de fuerza.

Las posibilidades son infinitas, debes buscar la que más se adapte a ti, a tus gustos y preferencias. Eso si, la actividad que escojas debe: mejorar la fuerza de tus músculos, que es la base de la condición física y mejorar la capacidad cardíaca y respiratoria y además debes incluir sesiones de mejora de la movilidad y estiramientos.

Confía en los expertos para ayudarte a ponerte en forma.

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